
Mantenimiento de carpintería de aluminio: consejos para prolongar su vida útil
El aluminio es uno de los materiales más utilizados en ventanas, puertas y cerramientos gracias a su resistencia, durabilidad y bajo mantenimiento. Sin embargo, aunque sea mucho más robusto que otros materiales como la madera o el PVC, también requiere cuidados periódicos para conservar su aspecto, funcionalidad y capacidad de aislamiento.
En Aluman S.L., especialistas en carpintería de aluminio y PVC, hemos comprobado que un mantenimiento básico y constante puede prolongar la vida útil de las estructuras más de una década adicional, manteniendo su rendimiento como el primer día.
Por qué es importante mantener tu carpintería de aluminio
La exposición diaria a la radiación solar, la lluvia, la humedad o el polvo ambiental puede afectar progresivamente al aluminio y sus componentes.
Aunque el material no se oxida como otros metales, sí puede sufrir desgaste en juntas, decoloración superficial o acumulación de suciedad en perfiles y guías. Esto puede traducirse en:
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Pérdida de estanqueidad, con filtraciones de aire o agua.
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Disminución del aislamiento térmico y acústico.
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Dificultades al abrir o cerrar hojas correderas o abatibles.
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Desgaste prematuro de herrajes, juntas o felpudos.
Un cuidado preventivo periódico evita estos problemas y garantiza un uso cómodo, seguro y eficiente durante años.
Limpieza y cuidado exterior del aluminio
El mantenimiento básico del aluminio comienza con una limpieza adecuada, especialmente en exteriores donde el polvo, la contaminación o la salinidad del ambiente pueden acelerar el deterioro.
1. Frecuencia de limpieza
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En zonas urbanas o poco expuestas, basta con limpiar cada 3 o 4 meses.
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En entornos costeros o industriales, lo ideal es hacerlo cada 1 o 2 meses, ya que el aire salino o los agentes químicos pueden dañar la superficie.
2. Productos recomendados
Utiliza agua templada y jabón neutro. Evita limpiadores abrasivos, lejías, disolventes o estropajos metálicos, ya que pueden rayar el anodizado o eliminar el lacado.
Para acabados en brillo o color, emplea un paño suave de microfibra y aclara con abundante agua para eliminar cualquier residuo.
3. Limpieza de juntas y perfiles
Las juntas de goma y los perfiles son zonas donde se acumula polvo y humedad. Limpia con un cepillo suave o aire a presión y aplica vaselina o silicona líquida para mantener su elasticidad y evitar grietas.
Mantenimiento de herrajes, bisagras y mecanismos
Los mecanismos de apertura y cierre son los que más sufren con el uso. Una revisión anual puede evitar holguras y ruidos.
1. Lubricación de piezas móviles
Aplica una pequeña cantidad de aceite lubricante o grasa de litio en bisagras, cerraduras, cremalleras y guías de correderas. Esto facilita el movimiento y evita fricciones que desgasten el material.
2. Ajuste de herrajes
Si notas que una hoja no cierra bien o roza el marco, probablemente sea necesario ajustar los herrajes. Este tipo de mantenimiento debe realizarlo un profesional para asegurar la correcta alineación y presión de las juntas.
3. Revisión de tornillos y anclajes
Con el tiempo, los tornillos pueden aflojarse por el uso o la vibración. Comprueba que todos los anclajes estén firmes y sustituye los que presenten corrosión.
Cómo cuidar el acabado y el color del aluminio
El color del aluminio lacado o anodizado puede perder brillo por efecto del sol o la contaminación. Para mantener su aspecto original:
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Evita productos con amoníaco o ácidos.
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Aplica ceras protectoras específicas para aluminio lacado, que crean una capa repelente frente al polvo y la humedad.
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En zonas muy expuestas al sol, es recomendable aplicar una capa protectora dos veces al año para prevenir decoloraciones.
Además, si detectas rayaduras o pequeñas zonas sin pintura, puedes retocarlas con esmaltes del mismo tono, evitando la exposición directa del metal desnudo.
Cuidados adicionales según el tipo de sistema
1. Carpintería corredera
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Mantén las guías limpias de polvo o arena.
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Aspira o cepilla los raíles para asegurar un deslizamiento suave.
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Evita empujar las hojas si hay resistencia: revisa los rodamientos.
2. Carpintería abatible
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Limpia periódicamente las juntas perimetrales.
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Verifica el correcto cierre hermético, ajustando la presión si es necesario.
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No uses lubricantes en exceso para evitar goteos sobre el vidrio o el marco.
3. Cerramientos exteriores
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Revisa las uniones selladas con silicona.
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Si notas filtraciones, conviene renovar el sellado para garantizar estanqueidad.
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Comprueba que las estructuras no presentan holguras tras temporales o vientos fuertes.
Conclusión: un mantenimiento mínimo, una vida útil máxima
El aluminio es un material diseñado para durar décadas, pero su longevidad depende de los cuidados que reciba. Con unas simples rutinas de limpieza, revisión y lubricación podrás mantener tus ventanas, puertas y cerramientos como nuevos durante muchos años.
En Aluman S.L., fabricamos e instalamos carpintería de aluminio y PVC de alta calidad, con asesoramiento personalizado y materiales certificados para garantizar durabilidad, aislamiento y estética.
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